El mexicano vanguardista ávido de conseguir los últimos adelantos en gadgets que se vió reflejado el estudio del año pasado se convirtió en un consumidor con suma cautela en gastos y cabizbajo en actitud que, continúa con la misma necesidad de comunicación e información propia de un mundo en el que la tecnología avanza a pasos enormes y cada vez más veloces. Así, durante la segunda mitad del 2008 y los primeros sseis meses de 2009, se observó un comprador que valora más el papel de dinero para cubrir las necesidades más apremiantes, y dejar en un segundo lugar todo aquello que signifique un lujo o diversión.
Este cambio en la percepción del poder adquisitivo de los mexicanos afectó en gran medidad su sentimiento de seguridad en relación con su entorno. Durante los últimos meses en que el país vivió desde una epidemia, mala imagen en los medios internacionales, hasta una etapa electoral sumamente controversial aunque no se trato de una elección presidencial, la confianza de los mexicanos bajó casi a la par de su, ya de por sí limitado, poder adquisitivo.
Sin embargo, los anunciantes no se encuentran ante un panorama negativo en donde las ventas esten por los suelos.
Esa desventaja emocional abre una oportunidad a las marcas para acercarse a la sociedad y mejorar el ánimo de los potenciales compradores, para que en cuanto mejore la economía, continúen identificados con las firmas.
Este cambio en la percepción del poder adquisitivo de los mexicanos afectó en gran medidad su sentimiento de seguridad en relación con su entorno. Durante los últimos meses en que el país vivió desde una epidemia, mala imagen en los medios internacionales, hasta una etapa electoral sumamente controversial aunque no se trato de una elección presidencial, la confianza de los mexicanos bajó casi a la par de su, ya de por sí limitado, poder adquisitivo.
Sin embargo, los anunciantes no se encuentran ante un panorama negativo en donde las ventas esten por los suelos.
Esa desventaja emocional abre una oportunidad a las marcas para acercarse a la sociedad y mejorar el ánimo de los potenciales compradores, para que en cuanto mejore la economía, continúen identificados con las firmas.